PROFUNDIZAR LOS CAMBIOS Y ACELERAR LA INTEGRACIÓN
REGIONAL
Nosotras y
nosotros, delegadas y delegados presentes al XIX Encuentro del Foro de São
Paulo, realizado entre los días 31 de julio y 4 de agosto de 2013, ratificamos
más que nunca nuestra disposición de hacer frente a los desafíos que surgen a
partir de la grave situación internacional, conscientes de que la unidad en la
reflexión y en la acción es fundamental para avanzar en los cambios democráticos
y vencer los actuales ataques del imperialismo y de la derecha.
Sin embargo,
desde el final del siglo XX está en curso un proceso de cambios en nuestra
región que ofrece esperanzas y alternativas para este mundo en crisis, al
desarrollar políticas de gobierno que navegan contra la corriente del
neoliberalismo, al promover medidas contra cíclicas en la economía y de
inclusión social de millones de personas que anteriormente vivían en la
miseria. América Latina y el Caribe en su conjunto viven hoy no sólo una época
de cambios, sino un cambio de época, que implica transformaciones de la propia
estructura de nuestras sociedades.
Este ciclo
político ha forjado la unidad y la integración latinoamericana y caribeña, a
través de mecanismos múltiples y complementarios que, al profundizar y
converger, podrán promover condiciones más favorables al curso de nuestros
proyectos nacionales de desarrollo, en un sistema internacional en transición,
cuyo desenlace es incierto. Este proceso de cambios en el mundo todavía no está
consolidado y tendrá un largo camino, pero frente a la crisis del sistema, la
construcción de alternativas representa nuestras oportunidades para colocar el
debate político de la izquierda latinoamericana y caribeña, así como de
nuestros gobiernos, en nuevos niveles.
Debemos
profundizar y alcanzar nuevas conquistas de las fuerzas políticas favorables a
los cambios en América Latina y el Caribe, promoviendo la estabilidad regional
y defensa de la soberanía y la independencia nacionales, así como manteniendo
el énfasis en opciones dirigidas al desarrollo, crecimiento, distribución del
ingreso y combate a la pobreza y a las desigualdades. Tenemos que reposicionar
el Estado y profundizar la democracia, asegurar la hegemonía y la estabilidad
política para la realización de los cambios y generar nuevos espacios de
participación popular en la gestión pública y en el cumplimiento de los
derechos básicos de la población.
El XIX Encuentro
se realiza este año en Brasil, país que está viviendo una serie de
manifestaciones populares en demanda de transformaciones en las estructuras,
así como más derechos y mejoras en las políticas públicas. Entendemos que
dichas demandas son justas e importantes pues, a pesar de los grandes avances
conquistados desde el inicio del gobierno Lula en 2003, éstos revelan la
necesidad de ampliar los espacios de participación y expresión política de
sectores sociales que han alcanzado un progreso económico gracias a las
políticas implementadas por su gobierno. Nuestros partidos y organizaciones
sociales deben ser capaces de asumir dichas transformaciones y encontrar la
manera de abrir estos espacios.
Al final de este
XIX Encuentro tenemos varias tareas por cumplir para asumir los temas
analizados durante estos cinco días del evento, que incluyen los desafíos de
profundizar las movilizaciones por la realización de los cambios en nuestros
países, así como enfrentar y vencer las disputas electorales con la derecha que
ocurrirán en el próximo periodo, particularmente en las elecciones
presidenciales en Honduras, Chile, El Salvador, Costa Rica, Colombia y Panamá.
El capitalismo
vive una profunda crisis, derivada de su propia dinámica estructural, marcada
por fuertes conflictos sociales, crisis políticas agudas y conflictos militares
cada vez más peligrosos. No se vislumbra una salida de esta crisis en el corto
plazo y tampoco está claro cuál será su desenlace. Sin embargo, estamos seguros
que la humanidad no puede y no debe aceptar el costo de la superación de esa
crisis poniéndolo sobre las espaldas de los trabajadores, la creciente
concentración de ingreso, la profundización de las diferencias entre los países
desarrollados y países en desarrollo y las guerras inherentes a la tentativa de
retomar la acumulación capitalista.
La crisis
ambiental es parte integrante de la crisis capitalista. La defensa del medio
ambiente debe tomar en cuenta los intereses de los trabajadores, la
sustentabilidad y la soberanía nacional pues la derecha y el imperialismo han
utilizado la bandera ambiental para atacar a los gobiernos de izquierda en
América Latina y Caribe.
La gran novedad
del escenario internacional -por ellos admitida- es la pérdida relativa de
poder de los Estados Unidos de América, como gran potencia imperialista. Sin
embargo, también es verdad que insiste en mantener su hegemonía militar,
política y económica de forma agresiva y radical. En el plano económico, busca
inclusive maniobrar en el sentido de ganar nuevo aliento. En las maniobras por
retardar su pérdida relativa de poder, no es ninguna sorpresa la reciente
denuncia de espionaje del gobierno estadounidense de sus propios ciudadanos por
medio de Internet, así como de los demás usuarios en el mundo en su ansia de
controlar todo, así como la utilización de estos medios para evaluar ventajas
comerciales para sus conglomerados internacionales, a través del espionaje
industrial o, aún, espionaje ubicando objetivos estratégico-militares. Varios
gobiernos fueron monitoreados a través de sus representaciones diplomáticas o
durante eventos internacionales importantes. Rechazamos totalmente este tipo de
injerencia en nuestros países y exigimos que las agencias de seguridad de las
grandes potencias quiten las manos de las redes sociales de Internet, que debe
tener una gestión universal y transparente.
Nuestra
respuesta a esos actos debe ser la defensa intransigente de la paz, la
autodeterminación de los pueblos y el fin de todo tipo de colonialismo. De esta
forma, defendemos el fin de las intervenciones en Afganistán, Irak y África del
Norte. También reiteramos nuestro incondicional apoyo a la autodeterminación de
los pueblos palestino y saharaui y sus derechos a un territorio libre y
soberano.
Denunciamos con
vehemencia la sanguinaria agresión promovida por las potencias occidentales y
sus aliados regionales contra Siria, las reiteradas amenazas y sabotajes contra
Irán y la constante violación de la soberanía del pueblo egipcio. En especial
en la ya larga guerra en Siria, cínicamente las potencias occidentales arman
terroristas fundamentalistas ligados a Al Qaeda en la tentativa de violar la
soberanía del país.
En nuestro
continente, reiteramos nuestra exigencia por el fin del bloqueo de los Estados
Unidos de América a Cuba y que lo saquen de lista de países terroristas. De la
misma forma exigimos la inmediata liberación de los luchadores antiterroristas
cubanos presos en las cárceles estadounidenses. De la misma manera, denunciamos
las intervenciones y golpes de Estado contra gobiernos legítimamente electos,
como ocurrió en Honduras y Paraguay, en expresión de los ataques de las fuerzas
del imperialismo y de la derecha.
Reafirmamos
nuestro apoyo a los Diálogos de Paz que se realizan en La Habana entre las FARC
y el gobierno de Colombia y abogamos por la incorporación de otras fuerzas
insurgentes en el proceso de paz. La mejor forma de superar el conflicto
armado, ofrecer una vida digna para los
millones de víctimas y refugiados del conflicto y fortalecer la estabilidad en
nuestra región es alcanzar un acuerdo de paz y excluir la presencia de fuerzas
militares extra-regionales. La paz en Colombia será una contribución
fundamental para la paz en América Latina y alcanzarla es un compromiso de gran
alcance histórico para la izquierda colombiana, latinoamericana y caribeña, Al
mismo tiempo, repudiamos la decisión del gobierno de Colombia de solicitar su
incorporación a la OTAN, lo que coloca en grave riesgo la paz en nuestra
región.
Exigimos la
eliminación definitiva de la herencia colonial representada por la situación de
las Malvinas, Puerto Rico y demás naciones caribeñas colonizadas y de la
llamada “Guyana Francesa”. De la misma forma, la eliminación del racismo y de
la discriminación contra los pueblos originarios y afro descendientes debe ser
asumida por todos nuestros partidos y los gobiernos progresistas de nuestra
región.
Ante la agenda
económica neoliberal del imperialismo, de la liberalización financiera, de la
enorme transferencia de recursos públicos para bancos y especuladores diversos
y de las políticas de austeridad que están eliminando una serie de derechos
sociales y castigando a los trabajadores con altas tasas de desempleo, así como
a la retomada de los Tratados de Libre Comercio como la Asociación
Transpacífico y el Acuerdo Transatlántico, nuestra respuesta debe ser la
aceleración de la integración regional latinoamericana y caribeña.
Ésta -nuestra
respuesta- debe contener la perspectiva de alcanzar la complementariedad
económica, reducir las asimetrías y promover el desarrollo económico y social
de nuestro continente. Los procesos de integración que están en marcha, como
UNASUR, CELAC, MERCOSUR, ALBA, entre otros, responden con contundencia a dicha
complementariedad, representando movimientos de convergencia de los proyectos
nacionales de desarrollo.
Denunciamos las
tentativas, inspiradas por potencias extra-regionales, en el sentido de
fracturar y sabotear la integración regional, como es el caso de la llamada
Alianza del Pacífico -que no por casualidad está conformada por países que
poseen tratados de libre comercio con Estados Unidos- y la búsqueda incesante
por generar crisis y estimular divisiones en el MERCOSUR.
El
multilateralismo e iniciativas como los BRICS también deben tener nuestro
apoyo, por su papel en la construcción de nuevos centros de poder y de un mundo
multipolar en contraposición al imperialismo estadunidense y europeo, que
constantemente buscan imponer sus intereses unilaterales al resto del mundo.
Realizado en
Brasil, el XIX Encuentro del Foro de Sao Paulo denuncia las maniobras políticas
de la derecha brasileña, a través de los medios y de otros mecanismos, en el
sentido de sabotear al gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff y poner fin a
esta experiencia marcada por importantes avances conquistados en los últimos
diez años. Nos solidarizamos con la posición de la Presidenta Dilma Rousseff y
de las fuerzas de izquierda y progresistas brasileñas de reconocer la
importancia de la voz de las calles, para avanzar por el camino de los cambios
y evitar que ese camino conduzca a un retroceso en las conquistas ya
alcanzadas.
Defendemos la
adopción de políticas específicas para asegurar la defensa de los derechos
plenos de todos los migrantes y de sus familias. La gran presencia de migrantes
latinoamericanos en Estados Unidos de América se está convirtiendo en un
elemento político trascendente y cada vez más capaz de definir resultados
electorales. Ante ello, saludamos la iniciativa del Grupo de Trabajo de
articular las representaciones de los partidos del Foro en Estados Unidos y
Europa, como forma de promover el debate e incidir políticamente sobre lo que
ocurre en estas regiones a partir de nuestra perspectiva.
En otro orden de
ideas, reconocemos que aún es un desafío para los partidos del Foro de São
Paulo diseñar políticas, estrategias y programas que garanticen de jure y de facto desterrar totalmente todas las formas de discriminación y
violencia en contra de la mujer, para lograr la igualdad real entre los géneros
como condición indispensable para la construcción de una sociedad
verdaderamente socialista.
Las delegadas y
delegados presentes a este XIX Encuentro del Foro de São Paulo rinden un cálido
homenaje al Comandante y Presidente de la República Bolivariana de Venezuela,
Hugo Chávez Frías. El proceso de cambios en Venezuela continúa bajo la
presidencia del compañero Nicolás Maduro. Manifestamos nuestro profundo
reconocimiento por el papel fundamental del Comandante Chávez en las
transformaciones políticas ocurridas en nuestro continente a partir de su
primera elección en 1998, así como su apoyo al Foro de São Paulo, inclusive
como anfitrión de la edición anterior de nuestro Encuentro.
Destacamos su
compromiso con la democracia y la movilización popular, su internacionalismo y
antiimperialismo militantes y su importante visión sobre la historia de nuestra
región y el socialismo.
Del Comandante
Chávez recordamos especialmente su papel a favor de la integración regional, la
denuncia del ALCA, el impulso dado al ALBA y la defensa de la integración de su
país al MERCOSUR, así como a otros procesos de integración y solidaridad entre
los pueblos de la patria grande latinoamericana y caribeña.
Manifestamos
nuestro integral apoyo y solidaridad al mandato del Presidente Nicolás Maduro,
escogido por la mayoría del pueblo venezolano para suceder al Presidente
Chávez, y registramos nuestro rechazo a las acciones de la derecha venezolana e
internacional, que intentan cuestionar y desestabilizar su mandato claramente
emanado de las urnas el último mes de abril.
Nos
solidarizamos y condenamos enérgicamente el secuestro del compañero Presidente
de Bolivia, Evo Morales, perpetrado por cuatro gobiernos europeos en flagrante
violación de la soberanía boliviana y de las leyes internacionales, inclusive
poniendo en riesgo la vida del Presidente y de toda la delegación que lo
acompañaba, lo que constituye una afrenta a toda América Latina.
Felicitamos al
Presidente Rafael Correa por su reelección este año a la presidencia de
Ecuador, seguros de que representa la reafirmación de la voluntad del pueblo
ecuatoriano de proseguir en la ruta del rechazo al neoliberalismo y en la
construcción de alternativas que lleven al desarrollo y a la justicia social,
en los marcos de su profunda revolución ciudadana. Nos solidarizamos con su
pueblo y su gobierno que enfrentan las tentativas de empresas petroleras de
imponer sus intereses por encima de la soberanía ecuatoriana por medio de
fallos en instancias internacionales.
Igualmente
felicitamos el pueblo y el gobierno nicaragüense por los 34 años de la
Revolución Sandinista, que marcan el inicio de las grandes transformaciones en
este país.
También
expresamos nuestra solidaridad al pueblo y al gobierno sudafricano en este
momento de grave enfermedad de su compatriota y ex presidente Nelson Mandela,
una de las personalidades políticas de la mayor importancia de nuestro tiempo.
La guerra de
posiciones entre las tentativas de avances de los cambios y profundizaciones de
la integración regional por un lado y, por otro, los ataques de las fuerzas de la
derecha y del imperialismo, definirán la consolidación y la continuidad del
actual ciclo político avanzado, instalado hace quince años en nuestra América
Latina y el Caribe.
Tenemos la convicción
de que, continuando con la profundización de los cambios y acelerando la
integración regional, podemos recorrer caminos hacia el socialismo en nuestra
América Latina y el Caribe, lo que será una obra original de nuestros pueblos.
Reiteramos el
valor fundamental de la unidad latinoamericana y caribeña y de la unidad del
pueblo en cada uno de nuestros países para continuar por este camino de las
transformaciones necesarias, para profundizar y consolidar los cambios y para que
podamos avanzar aún más en el XX Encuentro del Foro de São Paulo, a realizarse
en 2014 en Bolivia.
Brasil, São Paulo,
4/8/2013
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