FORO DE SAO PAULO
SECRETARÍA ANDINO AMAZÓNICA
Lima, noviembre 2012
Valter
Pomar “La experiencia brasilera”
MOISES ROCHA, Moderador, Secretario de Relaciones
Internacionales del Partido Comunista Peruano.
En el programa
de hoy en la tarde, vamos a tocar el punto de la Experiencia Brasilera, estará
a cargo del compañero Valter Pomar, miembro de la dirección nacional del
Partido de los Trabajadores -PT de Brasil y Secretario Ejecutivo del Foro de
Sao Paulo, tendrá 45 minutos para exponer el tema, después habrá dos
comentarios, uno del compañero Eleazar Briceño, Sub Secretario General del
Partido Comunista del Perú Patria Roja y del compañero Renán Raffo miembro de
la Comisión Política del Partido Comunista Peruano. El compañero Valter Pomar
tiene la palabra.
VALTER POMAR, Expositor:
Buenas tardes
compañeros y compañeras, yo quiero antes que nada hacer un agradecimiento a
los compañeros y compañeras de los
partidos del Foro de Sao Paulo-Perú por la invitación a participar en esta
actividad, debo también hacer una presentación de mi mismo, que por una parte
ya se dice que soy el Secretario Ejecutivo del Foro de Sao Paulo, pero también
estoy acá en el cargo de representar al Partido de los Trabajadores
de Brasil, así que en esta exposición que voy hacer acá y en la otra por la
noche tengan seguro que voy hablar un poco en nombre de estas dos
organizaciones; algunas cosas son mi opinión personal, creo que esto quedará
muy claro a lo largo de la exposición.
Yo repartí un
pequeño libro, estaba en las sillas cuando ustedes llegaron, es una colección
de artículos que escribí cuando estaba a cargo de la Secretaría de Relaciones
Internacionales del PT.
Algunos de los
artículos están en portugués, otros en castellano, pero creo que de manera
general como es una literatura política sea comprensible y en algunos de estos
textos hay parte de los temas que voy a
exponer acá, yo me había propuesto hablar de dos temas, de América Latina un
poco cómo está la situación en general y de Brasil en particular, la situación
del gobierno y la situación de PT, pero como vamos a tener otra sección en la
noche, yo voy hablar poco de América Latina ahora para hablar más en la noche,
me voy a concentrar en Brasil en este momento, sobre el mundo y sobre América
Latina quería hacer sólo cuatro flashes, para que tengan un poco en cuenta la
situación, nosotros tuvimos en los últimos treinta días, cuatro episodios muy
marcados.
El congreso de
Partido Comunista Chino, la elección presidencial en Estados Unidos, la cumbre
de Cádiz que fue realizada en momentos de movilización de gremios -en general
en muchos países-, de Europa y el ataque del gobierno de Israel contra Gaza y
todo lo que está pasando en la
Región como la situación en Siria
y la situación Iraní, esos cuatro aspectos confirman que vivimos en un momento
internacional de profunda crisis y de
profunda inestabilidad internacional,
que esto es al mismo tiempo muy peligroso, pero también abre una ventana de oportunidad
muy importante para nosotros en América Latina, porque, fue exactamente en
momentos de crisis internacional profunda como esta que estamos viviendo, que
Latinoamérica y el Caribe siguieron adelante.
Fue en la época
de la Revolución Francesa y de las guerras napoleónicas, que acá tuvimos las
independencias; fue en la crisis de los 30 que en muchos países tuvimos la
industrialización; fue asi, aunque negativamente, en la crisis de los 70, que
nos encontró en un ciclo de dictaduras militares que abrieron paso al
neoliberalismo; está siendo así en estos momentos, o sea, esta crisis
internacional crea un ambiente que nos permite hacer dos cosas simultáneas, por
una parte, cambiar las relaciones internacionales entre nosotros mismos, países
de la Región y entre la Región y el mundo, cambiar las relaciones internacionales
y al mismo tiempo hacer cambios sociales dentro de cada uno de nuestros países.
Esta situación de crisis e inestabilidad internacional abre la posibilidad de
hacer cambios internos y externos muy profundos.
Si nosotros
miramos el proceso de cambio que estamos haciendo en Latinoamérica, lo primero
a decir es que en un proceso muy reciente, nosotros lo colocamos en una fecha 1998
con la elección de Chávez y luego en
2002 con la elección de Lula, en ese cuatrienio empieza un proceso, o sea
estamos en la mejor de las posibilidades con 12, 14 años de cambio que
históricamente hablando es nada.
Es un proceso
muy reciente, es un proceso también aún muy limitado, debemos dejar esto en
claro. Una cosa es la pelea con la derecha en defensa de nuestros gobiernos,
cuando hacemos el trabajo de alentar lo bueno que hicimos y lo malo que ellos
están haciendo, otra cosa es entre nosotros hacer una evaluación crítica,
objetiva del proceso de cambio en
Latinoamérica en este periodo de una década y media, insisto es un proceso aún
muy limitado, no solamente desde un punto de vista temporal, sino también sobre
otros puntos de vista, es limitado desde el punto de vista de la capacidad de
producción de riqueza en la Región, la Región Latinoamérica y Caribe tienen que
ampliar mucho su capacidad de producción de riqueza para poder atender no
solamente lo que hoy los pueblos necesitan, sino principalmente lo que queremos
que tenga.
Segundo, hay que
cambiar mucho, y se cambió poco, lo que
se produce, los países que están más avanzados desde el punto de vista de
capacidad productiva aún producen cosas que corresponden en general al american
way of life, digo el caso de Brasil, donde una de las principales industrias nacionales que tiene
un papel fundamental en la dinámica económica del país es la industria de
automóviles privados.
Lo tercero,
además de cuánto se produce y de lo qué se produce, hay también el cómo se
produce, los procesos productivos en Latinoamérica y el Caribe causan un daño
tremendo en los productores y en la
naturaleza.
Además está la
repartición de la riqueza, no solamente, cómo, cuál, cuánta riqueza se produce,
pero cómo se reparte la riqueza producida, la verdad que aunque en algunos de
nuestros países los niveles de desigualdad han bajado en general, las desigualdades en Latinoamérica y el
Caribe siguen siendo de las mayores del mundo, lo que significa que la
repartición de la riqueza producida está cambiando muy lentamente. Y, quién
controla el poder, y en nuestra Región
siguen siendo en general las clases sociales que son propietarias de los medios
de producción, mismo en los países donde fuerzas progresistas y de
izquierda asumen el gobierno nacional,
el poder real el poder fáctico sigue en las manos de los de siempre, entonces
es importante tener en cuenta que el
proceso de cambio en Latinoamérica es limitado temporalmente y es muy limitado
también en términos de su contenido, no podría ser mucho más diferente, porque
no vivimos en estos 15 años un proceso de revolución política y social, y el
sentido de lo que fue la Revolución Rusa, la Revolución China, de la Revolución Cubana, nosotros elegimos
gobiernos más o menos comprometidos con
el cambio, pero que tienen que actuar en
una coyuntura internacional, una coyuntura nacional y obedeciendo más o menos
una institucionalidad que ponen límites muy fuertes, que tienen sus orígenes en
el hecho que son gobiernos elegidos y no
en gobiernos que son productos de
procesos revolucionarios clásicos.
El proceso de
cambios que está en curso, hoy vive un momento de cierto empate, de cierto
equilibrio estratégico que no va a durar mucho, sea porque nosotros vamos a
volver a avanzar sea porque ellos pueden vencer en algunos países que hoy
nosotros gobernamos.
Bien esto es,
hablo esto para empezar a hablar de Brasil, nosotros gobernamos el país desde
el 1ro. de enero de 2003, por lo tanto vamos a ser en un par de meses 10 años
de Gobierno Federal Nacional dirigido por una alianza de partidos que tienen
a su cabeza al Partido de los Trabajadores expresado
primero por Lula y hoy por Dilma Rousseff, estamos por tanto a una década de
gobiernos nacionales que tienen como protagonismo a la izquierda, pero que no
son gobiernos de izquierda porque es importante que quede claro son gobiernos
de centro izquierda con aliados de derecha incluso, tampoco estos diez años
fueron de un gobierno de la clase trabajadora y de los campesinos, el gobierno
Lula y el gobierno Dilma es un gobierno no solamente políticamente plural pero
también socialmente plural, es un gobierno de alianza de clases entre un sector
de la clase trabajadora, campesina y citadina y
un sector medio y un sector de
las capas empresariales del país, esto también es muy importante tener en cuenta
para saber los logros y los límites de este gobierno concreto que estamos
hablando.
Brasil, este
país que estamos gobernando, es el mayor país de Latinoamérica y del Caribe, yo
creo, tenemos 197 millones de habitantes más o menos, y tenemos un producto
interno bruto importante y un grado de desarrollo industrial también muy fuerte,
producto de un siglo de acumulación, somos un país que tiene una fortaleza
económica y una burguesía muy poderosa, este es el país que nosotros
gobernamos.
Que podemos
hablar de la situación muy en general del país, primero que tenemos desde el
punto de vista de la capacidad productiva un retraso importante en el ámbito
industrial y tecnológico, podemos decir que Brasil aunque tenga
comparativamente a otros países latinoamericanos, una potencia industrial muy
fuerte, tiene un retraso en los términos de su capacidad industrial y
tecnológica y este retraso fue producido en la década neoliberal, en la década
neoliberal se reestructuró el aparato estatal, se reestructuró y se demolió los
aparatos que estaban involucrados en los trabajos de ciencia y tecnología
aplicada, estimuló una cosa absolutamente loca que es la privatización de estos
institutos, de estas actividades que solamente pueden tener un fuerte soporte
estatal, hizo una apertura de nuestra economía a la competencia industrial de
otros países que desestimuló o destruyó parte de nuestra capacidad industrial,
resultado de la década neoliberal, es como si se hiciera al país regresar 20,
30, 40 años de nuestra historia desde el punto de vista macroeconómico haciendo
lo que el aparato agro industrial, lo que nosotros denominamos agronegocio,
asumiera un protagonismo que estaba perdiendo o sea antes del neoliberalismo,
la industria tenía más peso relativo lo que hoy, lo que significa que hubo un
retroceso que nosotros estamos trabajando mucho para compensar, para volver a
tener una industria relativamente más poderosa y una capacidad tecnológica que
sea top en comparación de otros países.
Una segunda
característica es que aún predomina en nuestro país un inmenso grado de
explotación, o sea la fuerza de trabajo es sobreexplotada con jornadas largas,
y con remuneración muy baja, o sea los capitalistas brasileros como en muchas
otras partes de Latinoamérica se aprovechan mucho de la plusvalía absoluta, de
la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y al mismo tiempo hay un inmenso
desperdicio social, sea las tierras que no producen alimentos, sea la
infraestructura que dificulta el tránsito de las mercaderías de las personas,
sea las debilidades logísticas del país, sea
del grado de aglomeración de los grandes centros urbanos que tienen un
impacto también de la productividad global del país de la baja y así va.
Un tercer
aspecto que es importante que quede
claro para ustedes es que Brasil hoy tiene menos desigualdad social que
teníamos en la época neoliberal, pero tenemos más desigualdad social que
teníamos antes de la época neoliberal, o sea lo que conseguimos hacer o lo que
estamos consiguiendo hacer poco a poco es hacer con que Brasil regrese desde el punto de vista de la igualdad social
a la situación que tenía antes que los neoliberales llegasen al gobierno, pero
recuerden nosotros como partido tenemos treinta años o sea creamos el PT para
enfrentar los niveles de desigualdad social que existían cuando lo creamos,
desigualdad que se profundizó en el periodo neoliberal y que acá estamos
haciendo lo justo para regresar a los niveles existentes cuando creamos el
partido para combatir la desigualdad que existía entonces, o sea es una
situación que coloca en un dilema muy importante para un partido de izquierda
como somos nosotros, lo que haremos como gobierno después de esta operación inicial.
Ustedes conocen
el tipo que tenía una sala muy chiquitita y la familia toda reclamaba y el tipo
trae un chivo, entonces todos pasan a reclamarle el chivo, entonces el tipo
saca el chivo y todos las personas se ponen contentas.
Pero haciendo la
comparación, la sala de nosotros era muy chiquitita, los neoliberales trajeron
un chivo, nosotros como gobierno estamos sacando el chivo, pero cuando el chivo
salga, la sala quedará chiquitita como era antes y esto es un problema no es
retórica, con las nuevas generaciones nosotros pelamos en las elecciones del
2002 para ganar la presidencia, decíamos en el 2006 queremos romper con el
pasado neoliberal, cuando peleamos las elecciones del 2010 y elegimos a Dilma
decíamos no queremos volver al pasado neoliberal, pero cuando pelearemos la
elección en el 2018, 2014, el pasado seremos nosotros porque una parcela de la
población que votará no había nacido cuando empezamos el proceso en ese
momento. Las personas no quedarán contentas con lo que tienen, quieren seguir adelante.
Un cuarto
elemento que hay que tomar en cuenta es el tamaño de la izquierda brasilera, yo
dije que nosotros gobernamos el país
hace 10 años, pero en la elección municipal que tuvimos en octubre de 2010,
todos los partidos de izquierda sacamos menos del 25% de los votos, está
claro, o sea o, la izquierda brasilera
en el mejor sentido de la palabra, el Partido de los Trabajadores, el Partido
Comunista Brasilero, el Partido Socialista Brasilero, el Partido Democrático Laboralista,
el Partido del Socialismo y de la Libertad, el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado, el Partido de la
Causa Obrera y el Partido Patria Libre, todos estos partidos sumados de
izquierda no llegamos más que escasamente al 25 % de votos válidos de los electores, lo que significa decir que la izquierda no es
fuerza mayoritaria ni tampoco hegemónica en la sociedad brasilera, cuando yo
dije que el gobierno de Lula, como de Dilma no son gobiernos de izquierda en el sentido macro de la
palabra tiene que ver con esto, la fuerza de la izquierda brasilera es más o
menos un cuarto del electorado nacional, y si nosotros analizamos la fuerza que
tenemos en la batalla de ideas, la fuerza que tenemos en los medios de
comunicación, la fuerza que tenemos en las iglesias, veremos que es más o menos
esto en todos los sitios y esto tiene que ver con tres.
El primero, que
hubo un cambio muy fuerte en Brasil y en el último periodo y en términos
culturales y esto también afectó a la izquierda.
La izquierda fue
en los años 60, 70, 80 y 90 una fuerza minoritaria numéricamente, pero una
fuerza de vanguardia que se proponía cambios profundos en el país y tenía la
vanguardia del proceso de cambios y tomaba una actitud protagonista del debate
de ideas.
En este periodo
que estamos en el gobierno quien está ofensivo en la batalla de ideas y en el
debate de los derechos reproductivos de las mujeres y el debate sobre la edad
de penalización de los jóvenes y los debates religiosos y muchos debates
civiles y el debate sobre los más variados temas de la cultura de la ideología
de la política, es la derecha, está en plena ofensiva de ideas contra nosotros
lo que es increíble, porque cuando teníamos menos fuerza, no estábamos en el
gobierno, teníamos más capacidad ofensiva, más impacto y hoy pasa al revés y esto tiene que ver con dos cosas que quería
destacar:
La primera es
que la izquierda cuando llega al gobierno muy fácilmente cede a el pragmatismo
y se coloca a “hacer las cosas” y el gobierno a “administrar”, a manejar lo
cotidiano, pero nosotros no sólo queremos gobernar, queremos el poder y
disputar el poder es disputar el imaginario futuro de la población, disputar
las grandes visiones del mundo de las personas. La derecha nunca abre la mano,
cuando gobierna, de hacer lucha ideológica, nunca, miren por ejemplo lo que
pasa en España, el día de hoy que tenemos un gobierno de derecha que está
sacando derechos de la población, pero no abre la mano para hacer debate de
ideas, miren lo que pasa en los Estados
Unidos en que la derecha hace un debate ideológico brutal, brutal.
Entonces, el
primer punto es que nosotros mismos, la izquierda tuvimos una actitud
tibia en el tema del debate ideológico
después que llegamos al gobierno.
Y, el segundo
punto, es el más simple y complicado al mismo tiempo, nosotros tuvimos un gran
éxito con el gobierno de Lula que se siguió con Dilma de elevar el nivel de
vida de parcelas expresivas de nuestra población. Nosotros tuvimos más de 30
millones de brasileras y brasileros que
elevaron sus ingresos, mejoraron su condición de vida, pero qué paso, pasó que
esas personas tuvieron un progreso material, pero no tuvieron un progreso equivalente
en términos de visión política ideológica y voy a clarificar con unos datos que
nosotros mismos hicimos.
En este sector social que cambió para mejorar
la vida gracias a nuestras políticas, 70 % de estas personas que dicen que
están mejor, que están viviendo mejor, dicen que esto se debe a su esfuerzo
personal no a las políticas públicas, mira son personas que cambiaron para
mejorar sus vidas pero gracias a lo que
nosotros como gobierno hicimos, pero que no reconocen esto en los términos de
la política y por tanto no están disponibles para auto organizarse como
trabajadores, por otra parte, están muy disponibles para aceptar orientaciones, por ejemplo de
los sectores de derecha, de algunas iglesias brasileras que defienden la
teología de la prosperidad, que es el esfuerzo individual que saca de la
situación de la miseria y no la organización, la lucha política, el cambio
social.
Entonces,
primero el tema de la cultura en el sentido amplio de la palabra, la visión del
mundo, la concepción del mundo, del debate cultural en el sentido más amplio de
la palabra, eso tiene que cambiar, y esto tiene que ver con una cosa que no
hicimos tampoco, un amplio proceso de democratización de la comunicación social
en el país, las estructuras que fomentan ideologías, que difunden una visión
del mundo siguen en las mismas manos en lo fundamental.
Otro aspecto que
explica este hecho raro, que nosotros tenemos la Presidencia de la República
por tercera vez, pero en las elecciones, la izquierda en el sentido preciso
tiene un cuarto del electorado nacional, es que los niveles de auto organización de las clases trabajadoras de
Brasil no cambiarán cualitativamente, o sea el rol de los sindicatos, el rol de
las centrales sindicales, de los movimientos sociales, de los movimientos
barriales, de los movimientos juveniles, de los movimientos de mujeres, de los
movimientos indígenas, de los movimiento de combate contra el racismo y todos los demás no sufrían un ascenso
cualitativo después de una década de gobiernos, algunos dicen, los que nos
critican como la ultra izquierda, dicen que esto pasa porque el gobierno ha
desmovilizado a la organización social, otros dicen que esto pasa porque una
parte de los dirigentes de los
movimientos se fueron al gobierno, al parlamento, a la burocracia, pueden ser que
las dos cosas tengan algún grado de hecho, pero a mi juicio lo que de verdad
tiene peso es el proceso de cambios que
hicimos en Brasil desde que asumimos el gobierno empezó en una situación en que
una gran parte de la clase trabajadora brasilera estaba profundamente golpeada por el neoliberalismo, e irónicamente esta parte
golpeada, que tuvo una gran victoria eligiendo a Lula, hace ingresar a la clase
trabajadora un sector nuevo que estaba en el subproletariado que no tenía
experiencia sindical, que no tenía experiencia política y esto hace que surja
hoy en Brasil una nueva clase trabajadora,
y que aún no sabemos como lidiar con ella.
Lo que en parte
explica que los niveles de auto organización no hayan sufrido un salto
cualitativo después de una década de gobierno, lo que por su parte ayuda a
entender que tengamos una especie de tope de crecimiento electoral pero lo que hemos atendido en la elección
presidencial y tomamos como criterio la votación que tuvimos para el Congreso
Nacional, la Cámara de los Diputados Nacionales vamos a saber que en el 2002
cuando elegimos a Lula, en el 2006 cuando reelegimos a Lula, en el 2010 cuando
elegimos a Dilma nuestra bancada llevo más o menos el mismo tamaño, significa
decir que hay una especie de techo invisible que para crecer más es necesario
un cambio político cultural profundo, una democratización de medios de
comunicación y en especial sería necesario un proceso de auto organización de
la clase trabajadora independiente de los procesos electorales.
Nosotros no
estamos teniendo el mismo avance que tuvimos en los años 80 en términos de
hacer control social en relación con el
Estado, nosotros en los años 80 creamos un método de presupuesto participativo
para posibilitar que la población en general, independiente de que partido
fuera, independiente de estar organizado o no en movimientos sociales participe
en la designación de las recetas de las alcaldias, lo que denominamos el
presupuesto participativo, un ejemplo
principal de una serie de mecanismos que teníamos de control social del aparato
del Estado, pues bien, los años noventa y ahora el gobierno federal, nosotros
tuvimos muchas experiencias de gobiernos
provinciales y ahora tres
experiencias de gobiernos nacionales, pero no conseguimos mecanismos de control
que tuviesen la eficacia de los presupuestos participativos, lo que significa
decir que la maquinaria del Estado funciona con las características clásicas de
la maquinaria anterior, que no fue creada
por nosotros, que no fue creada para servir
a las mayorías.
Brasil es un
país que tuvo un salto muy fuerte de crecimiento económico casi todo el siglo
20, tuvo un salto muy fuerte en
términos de crecimiento económico, industrial, tecnológico entre los años 30 y
los años 80, hubo muchas crisis, muchos golpes de estado, dictaduras, hubo de
todo, pero la línea de crecimiento y desarrollo fue una constante lo que se
peleaba era sobre qué desarrollo, en qué sentido, en beneficio de quién, pero nunca se abandonó la meta del
desarrollo.
Cuando los
neoliberales llegan al gobierno en los años 90, ahí sí, esta meta se abandonó,
los neoliberales son una fuerza política e ideológica contra natura en Brasil,
comenzaron a sustentar la idea de que Brasil tenía que abandonar la obsesión
por el crecimiento y tenía que contentar y buscar un lugar en el mundo que
sería un lugar periférico y punto, por esto una parte de la propia burguesía
brasilera no estaba contenta de tener en el comando del país un sector que
tenía como fijación el no crecimiento.
Nuestra llegada
al gobierno de Brasil no fue por lo tanto hasta ahora la llegada de una fuerza
que tenga la capacidad de hacer reformas estructurales o de construir un camino
hacia el socialismo, nada de eso, lo que de hecho conseguimos fue recolocar el
debate nacional en los términos clásicos, qué desarrollo? El tema es qué
desarrollo y en beneficio de quién,
integrado a quién, con qué política internacional, con qué política social y este es el debate que está en curso en
Brasil hoy y que debe estar en curso cada vez más, el debate sobre la
naturaleza del desarrollismo, el desarrollismo en Brasil fue en la mayoría de
los tiempos un desarrollismo conservador
o sea un desarrollismo que mantuvo el poder político concentrado en
pocas manos, que mantuvo y profundizó la desigualdad social y que mantuvo una
relación de dependencia con las metrópolis.
El desafío que
nosotros tenemos como izquierda en Brasil es colocar a la orden del día el
desarrollismo de otra naturaleza que sea democrático y popular o sea que sea
enfocado en la reducción de la dependencia, reducción de la desigualdad y
ampliación de la democracia, nosotros podemos decir que hicimos una pequeña
parte de esto, y aún siendo pequeña fue recompensada por la población con tres
victorias seguidas en las elecciones presidenciales, lo desafío es que estamos
en un momento internacional y nacional de impasse, lo que hicimos hasta ahora
fue suficiente para recolocar en debate el desarrollismo, la naturaleza del
desarrollismo, lo que está colocado para nosotros hoy es dar un paso adelante,
debatir cuál desarrollismo e implementar medidas que nosotros en Brasil
denominamos Reformas Estructurales, que puedan cambiar las estructuras
económicas y políticas del país.
No está dado que
vamos a tener sucesos en esta tarea, que esto quede muy claro, porque esta
tarea de hacer un país democrática y popular, es la tarea que hoy tiene el
apoyo de un cuarto de la población. Nosotros tuvimos mayoría para hacer la otra
tarea, que es empezar el olvido del neoliberalismo y colocar en la orden del
día el desarrollismo, para esto tuvimos mayoría y lo hicimos relativamente
bien, pero para la otra tarea el 25 % es
muy poco y por eso nuestro desafío hoy esta más en el terreno de la política, o
sea, como hacer que los partidos de izquierda, los movimientos sociales, los
sectores progresistas, democráticos de la intelectualidad, nos coloquemos de
acuerdo en términos de un programa de
acción que posibilite hacer algo de calidad, hacer un saldo de la situación
actual y que estamos implementando políticas públicas para una situación futura que hagamos unas
reformas estructurales en la sociedad brasilera y el desafío no fundamental es
político y concluyo apuntalando los dos temas de la política que más nos preocupan:
El primero
es el de la democratización de la
comunicación social, los niveles de concentración de la comunicación en Brasil
son brutales, como en toda América Latina, nosotros tenemos más o menos seis
empresas en Brasil que controlan casi todo lo fundamental y esto crea una
situación en que estos actores tienen más fuerza política que las fuerzas
sociales, tienen más capacidad de accionar aliados, lo que les da legitimidad
política, legalidad política y haciendo esto con concesiones del Estado, conste
que no estoy hablando de los propietarios privados de periódicos, sino de
cadenas de radio y televisión que son concesiones públicas.
Y el segundo elemento
es el de la ley electoral, que hace con que hoy las elecciones en Brasil tengan
un dominio brutal del poder económico, la legislación brasilera permite el
financiamiento empresarial y hace que las campañas electorales sean como
torneos financieros y que fuerzas que no tenían expresión social y política
pasan a tener porque cuentan con el apoyo de la plata de los sectores
empresariales, para nosotros estos dos puntos son los que tienen que cambiar con mucha velocidad, para hacer
la acumulación necesaria para cambiar lo demás,
gracias.
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